Lo único que tiene de ganador es el apellido

En su infancia transcurrida en el barrio de Saavedra, Santiago Agustín Bianchi soñaba con vestir la camista de Platense. Esta ilusión, que venía bien encaminada ya que a los 11 años comenzó a jugar en las inferiores del "Calamar", sufrió un traspié cuando en el club de sus amores decidieron no contar más con sus servicios. Sin embargo, este hecho sería el causante de su llegada a Vélez Sarsfield, institución en la cual debutó en primera división el 29 de junio de 2003 frente a Estudiantes de La Plata.
En sus comienzos, tuvo varios partidos que esperanzaron a la gente de "El Fortín", tal vez por portar el mismo apellido que Carlos, el director técnico que llevó al equipo de Liniers a la cima del Mundo. Entre estos cotejos se recuerdan un empate 3 a 3 sobre el final, enfrentando a Boca Juniors en "La Bombonera", con el tercer gol de "El Pelado", y otro por la Copa Libertadores en el que marcó el tanto de la victoria, por la mínima diferencia, ante el Fénix de Uruguay.
Luego de esta época en Vélez, que fue la más exitosa de su carrera, comenzó un período en el cual el jugador pasó por varios equipos en poco tiempo. En la temporada 2005- 2006 se desempeña en Quilmes donde, debido a sus pocos minutos en cancha, dispone buscar un club en el cual sea más tenido en cuenta. Atrevido a tomar riesgos, Santiago acepta jugar por primera vez fuera de su país, aunque no en Europa, como sueña la mayoría de los futbolístas, sino que en el Oriente Petrolero de Bolivia.
En su vuelta Argentina, el delantero se desempeña en la segunda división, en primera instancia en Tiro Federal de Rosario, y luego en Platense, donde tuvo un paso sin penas ni glorias a pesar del cariño que le brindaba la hinchada, que conocía su fanatismo por el club que lo vio nacer.
A mediados de 2007, el deportista nacido el 29 de septiembre de 1984 logró cruzar el océano para desenvolverse en el viejo continente participando en el Pontevedra, entidad de la segunda división española. La figura que Santiago Bianchi prometía ser, nunca llegó a la realidad y por esta razón terminó vagando por diferentes clubes como muchos futbolístas que, a medida que pase el tiempo, ya no serán recordados por nadie.

Santiago Tapia